Todas las puestas de sol
que trazarán los días de mi vida,
besando al atardecer
las aguas de mis mares,
llevarán escrita tu memoria.
No habrá días para el olvido,
para perderte en las bóvedas inalcanzables
de mis recuerdos,
donde las brumas custodian
las cenizas del pensamiento.
Ternuras de noches frías
cubrirán las veredas de mis pasos
incendiando mi memoria
para no perderte en sombras por mi vida.
No habrá días para el olvido
aunque permanezca extraviado
en los embarcaderos solitarios
donde el tiempo se duerme y no despierta.
Imborrables en mi memoria,
las aguas de mis mares
llevarán escrita tu memoria.