Cantautor español, de nombre completo Francisco Ibáñez Gorostidi. Hijo de un ebanista valenciano y de madre vasca, pasó parte de la Guerra Civil en Barcelona hasta que, por causa de las ideas anarquistas del padre, tuvieron que exiliarse en Francia. En 1952 comenzó a estudiar guitarra. En París, asistió a los cursos de la Scola Cantorum, estudios que continuó con el guitarrista clásico Andrés Segovia.
Empezó a sentir atracción por la poesía y leyó a Brassens, a quien considera su maestro, Góngora, García Lorca y Quevedo. Desde entonces se dedicó a poner música a la poesía en lengua española. En su primer álbum, Lorca y Góngora, editado en 1964 e ilustrado por Salvador Dalí, recopiló poemas de Luis de Góngora y Federico García Lorca. El disco constituyó todo un golpe en el contexto de la canción española. En 1967 vino a España a cantar por primera vez, dando recitales en Madrid y Barcelona. En TVE cantó su versión del poema Andaluces de Jaén, de Miguel Hernández. En 1969, su interpretación del poema A galopar de Rafael Alberti hizo de él un símbolo de la lucha contra la dictadura franquista. Ese mismo año tuvo una excelente acogida en el Olympia, y, un año después, en varios países de América Latina. Permaneció en España hasta 1971, pero luego volvió a Francia, en parte por la presión del franquismo, ya que estaba considerado como uno de los cantautores más críticos del régimen. En 1973 la Dirección General de la Seguridad le prohibió cantar en todo el territorio nacional. Tras la muerte del general Franco y el inicio de la democracia, volvió a los escenarios españoles. Ha dedicado, casi integramente, su trayectoria artística a crear y cantar versiones musicalizadas de poemas de diferentes autores. Es todo un pionero en el arte de musicar poetas. En su repertorio se encuentran temas como A galopar (Alberti), La más bella niña (Góngora), Consejos para un galán, Romance del desterrado, Aristóteles dijo, El testamento, Me llamarán, nos llamarán (Otero), Canción para un maño (Brassens), La balada del que nunca fue a Granada, Nocturnos o Triste historia. |
De él han dicho:
José Agustín Goystisolo Me quedé asombrado: su música y su voz daban una dimensión nueva y para mí desconocida a la letra de aquellos poemas... "...llegó a mi casa con una guitarra... al fin comenzó a explicar que le gustaba poner música y cantar ciertos poemas de ciertos poetas. Eso debió ser en 1968 o por ahí, no recuerdo bien... lo cierto es que al poco de charlar ya estaba cantando poemas... Me quedé asombrado: su música y su voz daban una dimensión nueva y para mí desconocida a la letra de aquellos poemas ... y sin avisar, cantó dos o tres poemas míos. Me asusté. No tuve tiempo para sentirme halagado, porque me asusté. Me parecían de otra persona, escritos como para ser cantados, o hechos cantando... sus canciones, no los poemas, eran algo nuevo, hermoso, sorprendente pero también con sabor añejo, entre medieval y renancentista, y en todo caso, trovadoresco...". Gabriel Celaya Toda la poesía española, y yo particularmente, debemos mucho a la propagación y la vida que Paco Ibáñez ha dado a nuestros versos... “Paco Ibáñez además de cantarse a sí mismo hace algo más colectivo y más dificil, incorpora en su música y su voz a los poetas clásicos y contemporáneos... Se identifica con ellos dándoles a cada uno el tono y el estilo que le corresponde, aunque imprimiendo en todos el sello de su inconfundible personalidad o quizá de una secreta comunidad. Toda la poesía española, y yo particularmente, en cuanto soy un pequeño representante de ella, debemos mucho a la propagación y la vida que Paco Ibáñez ha dado a nuestros versos. Pero estoy seguro que su satisfacción más que la mía será la que está ya dándole el pueblo, público, en el que estamos con él los poetas.” |
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